Bienvenido, Otoño. Este año, seamos realistas

¡Hola fin del Verano!

¿Sabes algo, Otoño? Te pareces al mes de enero, pero no me malinterpretes: tú tienes mejor tiempo. Os esperamos a ambos con ilusión e inquietud.  Aprovechamos para encarar muchos proyectos: dejar de fumar, ponernos en forma, ser más eficaces en el trabajo, decorar la casa, tirar todos los trastos que hemos acumulado a lo largo del año, escalar el Everest, etc.). No es por haceros de menos, pero quizás las vacaciones y el descanso tengan algo que ver en este extra de motivación.

La recarga de pilas hace que nos encontremos con fuerza para pensar en todas las cosas que tenemos pendientes y, de repente, nos parece el momento ideal para hacerlas e incluso, ¡Nos entra algo de prisa! La verdad es que visto así… ¡Qué presión!

En principio esto es fantástico. Pero para no cometer los mismos errores que en enero, parémonos un poco y veamos si esos objetivos que nos planteamos son realistas. A veces ese aporte extra de motivación hace que tengamos unas expectativas distorsionadas, que queramos y nos sintamos capaces de todo. Y es entonces cuando podemos terminar con una gran frustración.

 Las buenas intenciones no son suficientes para iniciar y mantener los cambios que deseemos hacer.

Para no derrumbarnos como un castillo de naipes, además de “tener ganas” es importante que tengamos claros varios aspectos que nos ayudarán a centrar nuestros propósitos y a mantener la motivación. Sigue los siguientes puntos. Tan solo te llevará unos minutos:

  1. ¡CREA TU OBJETIVO! Piensa aquello que te gustaría conseguir. Por ejemplo: estar más atento a las necesidades de mis compañeros, tener mayor rendimiento y constancia, tomarme las cosas con más calma, etc.
  2. ¡ELIGE UN COLOR! Relaciona cada objetivo con un color y, consigue algo de ese color sobre lo que puedas escribir (post-it, Excel, PowerPoint, etc.).
  3. ¿POR QUÉ? Escribe el objetivo y el motivo para conseguirlo. Por ejemplo: me gustaría ser más constante en mis tareas laborales porque así no se me acumulará el trabajo y tendré menos estrés. Identifica el motivo ¡Te ayudará a mantener la motivación!
  4. ¿CÓMO? Hay que convertir el objetivo en acciones, pasos que puedes dar de forma cotidiana para aproximarte a tu meta. Por ejemplo:
    1. Objetivo (llegar a tiempo a los plazos establecidos en el trabajo).
    2. Pasos (revisar el correo cada mañana y priorizar los que sean más relevantes; finalizar lo que quede pendiente del día anterior sin pasar a una tarea nueva si no es urgente; establecerme tiempos propios de inicio, desarrollo y finalización de tareas, etc.).

¡Así es más fácil que venzas la pereza!

  1. ¿BARRERAS? ¡SOLUCIONES! Piensa en las barreras que puedes encontrar. Si las conoces no te sorprenderán cuando aparezcan y la probabilidad de venirte abajo será menor. Piensa entonces en las posibles soluciones. Por ejemplo:
    1. Barreras (que algún compañero me entretenga pidiéndome algún favor, que me entre pereza y pierda el tiempo de mi trabajo haciendo cosas que no son importantes, etc.)
    2. Posibles soluciones (explicarle la urgencia de acabar la actividad con la que estoy de forma clara y directa, recordarme el motivo por el que mantenerme activo cuando me entre pereza, etc.).

¡Adelántate y no te pillará por sorpresa!

Es cierto que, a veces, quizás no haya una solución, o al menos no inmediata, en este caso no te desgastes buscando. Aunque te resulte más complicado, continúa con tu plan. ¡No desistas!, recuerda la razón por la que lo estás haciendo.

  1. VISUALÍZALO Todo esto que has escrito, colócalo en un lugar visible (si es papel, en la nevera por ejemplo y, si se trata de un móvil u ordenador, sírvete de alarmas diarias a modo de recordatorio). Incluso puedes utilizar accesorios de ese color (goma del pelo, pantalón, zapatos, etc.).

Algo más… y ¡muy importante también!:

Vayamos por partes: cada lunes, escoge el color que quieras. Si al terminar la semana no has alcanzado tu objetivo, continúa la siguiente semana o, si no es urgente, vuelve a él más adelante. Quizás te plantees objetivos que sean a largo plazo, en este caso, divídelos en pasos intermedios que puedas realizar a lo largo de la semana.

Al final de la semana, si has cumplido con los pasos programados… ¡date un capricho! Y si no… prescinde de algo que te guste (esta semana no hay cine) y, ¡recuerda! por qué escogiste ese y no otro objetivo.

Recuerda…

Para cualquier mes del año y objetivo, experimentar bienestar es fundamental. Este no solo es mental, también es físico y social. Mantener hábitos de vida saludables es la clave para conseguirlo.