Cuerpo en movimiento

¿Os habéis dado cuenta de que, aunque estemos quietos, nuestro cuerpo está en constante movimiento?

Si nos observamos, nos daremos cuenta de que solo con la respiración el cuerpo se mueve (expande y retrae la caja torácica para poder hinchar los pulmones y realizar la inspiración y expiración). También mantiene esa dinamicidad con la vista, las manos, los pies, e incluso con el aparato digestivo.

Hay movimientos que son involuntarios, como la respiración, la movilidad visceral, la respuesta ante estímulos peligrosos o  los gestos faciales. Y otros que son voluntarios: andar, coger objetos, comer…

Moverse es fundamental para crecer, nos ayuda a explorar el medio que nos rodea, a descubrir formas de jugar, a relacionarnos con el ambiente, con la gente y a desplazarnos en sí.

Otra forma de mantener el movimiento corporal es a través de la realización de ejercicio físico. Aporta muchos beneficios al organismo, desde mantenerse vivo, hasta potenciar las cualidades de nuestro cuerpo.

Si estamos durante mucho tiempo en una posición pseudo-estática, el organismo aminorará los movimientos involuntarios, la respiración será más corta y  la sangre correrá por las venas y arterias de forma más lenta, llegando a provocar un flujo sanguíneo menos potente. Estaremos provocando que el corazón compense ese déficit de presión, la musculatura reducirá su tono y su fuerza, produciendo debilidad y dolor.

Por el contrario, si realizamos ejercicios aeróbicos, como caminar, trotar, bailar, saltar, correr o nadar, aumentamos las capacidades del sistema respiratorio y cardíaco, la quema de grasas y carbohidratos, la oxigenación del organismo y el incremento de coordinación y resistencia.

Este tipo de ejercicio se realiza en un tiempo prolongado, con una intensidad leve, moderada o alta, dependiendo de la capacidad de cada persona. Se comienza con un calentamiento de unos 10 minutos con  estiramientos y movilizaciones articulares para evitar lesiones. Después  una fase de desarrollo de la actividad, y una final de estiramientos para relajar y aumentar la elasticidad muscular (otros 10 minutos de duración).

Otro tipo de ejercicios que nos ayudarán a mantener nuestro cuerpo sano son los anaeróbicos: abdominales, ejercicios isométricos, pilates, yoga, flexiones…  Suelen ser más breves e intensos. Potencian y aumentan la masa muscular,  fortaleciendo el sistema musculoesquelético. Como en los ejercicios anteriores, debe haber una fase de calentamiento y otra de estiramientos finales para evitar lesiones, ambas de 10 minutos de duración.

Combinando estas dos actividades físicas, obtendremos todos los beneficios que nuestro cuerpo necesita para mantenerse sano y combatir el estrés diario.

¡Sal y mueve tu cuerpo hacia el bienestar!