Festividad con salud
Desde hace semanas ya podemos encontrar turrón, polvorones, peladillas e incluso ofertas de vino, queso y jamón para ir preparando nuestra despensa a las esperadas Navidades.
Toda esta oferta nos da pistas de los más que probables excesos y licencias a las que la mayoría de nosotros vamos a estar sometidos.
Como es habitual solemos celebrar alrededor de comida esta festividad junto a familiares y amigos. Esto implica un contexto lúdico en el que prima la alimentación emocional sin atender las necesidades del organismo.
Si fuese un evento aislado el organismo posee mecanismos suficientes para “amortiguar” los efectos negativos de un exceso. El problema que se plantea en Navidades es la alta concentración de eventos en un periodo de tiempo relativamente corto.
Por tanto, es interesante marcar una serie de medidas para intentar disfrutar al máximo nuestras vacaciones sin afectar negativamente el estado de salud.
- Identifica claramente las comidas y cenas “peligrosas”. No es lo mismo tener 6 o 7 comidas copiosas durante un periodo de 2 semanas que estar 2 semanas en modo “de perdidos al río”.
Es decir, si contamos una media de 4 o 5 ingestas diarias durante 2 semanas vamos a realizar entre 50 y 70 tomas. De estas no todas tienen porqué ser copiosas, el hecho de realizar 6 o 7 tomas “libres” supone un impacto negativo mínimo que se diluirá si el resto de comidas se realizan en un contexto saludable.
Intenta que las comidas que dependan 100% de ti sean lo más ricas en vegetales, frutas, pescado y huevos, de este modo alcanzarás un alto valor nutricional y un valor calórico controlado que ayude a “amortiguar” lo excesos.
- Mantente hidratado. Es más que probable que durante estas fechas el consumo de alcohol sea superior al habitual. Esto hará que tu cuerpo tenga que eliminar el tóxico que se genera. Para ello hay que disponer de cantidades suficientes de agua tanto para las funciones vitales como para esa necesidad extra.
Consume agua frecuente en las comidas controladas y acompaña con algún vaso de agua extra aquellas comidas en las que consumas vino, cerveza o cualquier licor. Quizá vayas más al baño, pero eso será muy buena señal.
- Controla las raciones. En ocasiones será imposible controlar la composición de las comidas y la comida emocional primará sobre el control dietético. Es normal, relájate y disfruta, pero una buena medida será controlar la cantidad de alimento que ingerimos. Esto te permitirá poder probar y comer cualquier tipo de plato en un entorno lúdico y relacionarte de forma distendida con familiares y amigos.
Un truco muy bueno es servirte en tu propio plato al inicio de la comida aquellos alimentos que desees en vez de ir cogiendo uno a uno de cada bandeja a medida que vas comiendo. Conseguirás de forma visual cuantificar la ración y de forma instintiva comerás bastante menos.
- Mantente activo. Afortunadamente la festividad suele venir acompañada de días de vacaciones extra. Aprovéchalos para descansar e invertir tiempo en moverte. Realiza actividades moderadas de forma frecuente, conseguirás no solo mantener un buen estado de forma, sino que además tu cuerpo recibirá las comidas copiosas en un contexto hormonal más adecuado y su impacto negativo será menor.
Disfrutar de las vacaciones y de las comidas familiares no tiene porqué ir asociado a castigar despiadadamente nuestro organismo, cuida al máximo las comidas que estén en tu mano y disfruta sin mala conciencia del resto. ¡Feliz Navidad!