Frustración: qué poco me gustas y lo mucho que te necesito

La frustración es una de las respuestas emocionales que menos nos agrada. Y además puede aparecer en cualquier momento y en cualquier lugar ¿verdad…?

Surge cuando no satisfacemos nuestros objetivos. El contexto laboral es uno de los lugares donde suele presentarse con mayor frecuencia. De forma general nos planteamos un mayor número de retos: encontrar el puesto de trabajo deseado, ascender, tener un mayor rendimiento, ser más operativos y eficaces, mejorar nuestras condiciones, fomentar las relaciones con nuestros compañeros, sentirnos valorados, tener responsabilidades, etc.

La probabilidad de experimentar frustración en nuestro puesto de trabajo es más elevada que en otros entornos y, en consecuencia, quedarnos bloqueados también es más probable. Para prevenir ese bloqueo ante la experimentación intensa de la frustración y ser más eficaces, sugerimos algunas cuestiones fundamentales:

  • Identificar nuestras limitaciones y aceptarlas. Ser conscientes de que forman parte de nosotros y de que no suponen un obstáculo. Las limitaciones definen nuestro perímetro de alcance. Si hacemos un buen uso de ellas, nos servirán como una guía eficaz a la hora de tomar decisiones.

 

  • Tener en cuenta el tiempo del que disponemos. Para aproximarnos y alcanzar cualquier objetivo es fundamental saber el tiempo disponible y si es suficiente para llevar a cabo los pasos programados. Sí, quizás a veces tengamos prisa, pero esto nos puede ayudar: el paso del tiempo es el mismo. Seamos más realistas.
  • Conocer hasta dónde podemos actuar. Ser objetivos con nuestro nivel de control, algunas cosas no dependen de nosotros. No gastemos tiempo y energía, puede que los necesitemos.
  • Diferenciar entre proceso y objetivo. Normalmente creemos que es lo mismo y esto nos puede llevar a experimentar una gran frustración. El objetivo es aquello que podemos alcanzar, y el proceso, aquello que nos guía para aproximarnos a nuestro objetivo (no se alcanza).
  • ¿Buscar el perfeccionismo? Sentimos comunicaros que… NO EXISTE y si nos empeñamos con todas nuestras fuerzas, TAMPOCO EXISTE.
  • Basarnos más en nuestra experiencia y menos en lo que nos dice nuestra mente. ¿Qué me ha funcionado? Eso es lo que importa, el resto es nuestra mente charlando.

 

La frustración es acumulativa. Puede que pequeñas experiencias de malestar no tengan un gran impacto, pero todas juntas llegan a convertirse en una bomba de relojería. Si estallamos, es muy probable que manifestemos comportamientos inadecuados, incluso contra las personas que se encuentran a nuestro alrededor. De esta manera, las consecuencias serán negativas y aumentarán nuestra frustración. Creando una trampa en nosotros mismos.

Ya tenemos algunas pautas eficaces donde apoyarnos, ahora…

¡Apliquémoslas y comprobemos los resultados!