La importancia de investigar los cuasi accidentes

A nivel legal el término cuasi accidente no tiene definición concreta, por lo que es necesario la explicación de su alcance a través de la definición del  Consejo Nacional de Seguridad: “Un evento no planificado que no resultó en lesiones, enfermedades ni daños, pero que tenía el potencial de causarlos”.

A criterio del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, en su Nota Técnica de Prevención (NTP) 442 “Investigación de incidentes-accidentes: procedimiento”, indica que, si nos limitamos a la obligación legal (art. 16.3 Ley de PRL 31/1995), solo se deben investigar los accidentes con consecuencias lesivas. Si embargo, es una buena práctica preventiva la investigación de todos los accidentes, incluidos aquellos que no hayan ocasionado lesiones a los trabajadores expuestos.

Un cuasi accidente significa que alguien tuvo suerte y que podría no tener tanta suerte la próxima vez. Con la investigación y el tratamiento de este tipo de incidentes se consigue identificar situaciones de riesgo desconocidas o de gravedad infravalorada, sin esperar a que se materialice en daño para el trabajador. En definitiva, se elimina el factor suerte.

Las estadísticas muestran que, por cada 300 cuasi accidentes, ocurrió una lesión grave, por tanto, no se deben ignorar los conatos de accidente. Es algo habitual que, en la mayoría de los casos, los trabajadores ni siquiera consideren reportarlos cuando les ocurren a ellos o a un compañero de trabajo, por considerarlo algo banal y que no lleva a ningún sitio. Sin embargo, los cuasi accidentes podrían ser oportunidades para tomar acciones correctivas a fin de prevenir accidentes graves, o incluso peor, las fatalidades en el lugar de trabajo.

¿Cómo fomentar la participación de empleados en el reporte de cuasi accidentes?

Propiciar un cambio de actitud entre los trabajadores, implicándoles para que sean capaces de identificar cualquier peligro y que lo reporten inmediatamente, incluso parando los trabajos si fuese necesario.

  • Cada jornada de trabajo puede comenzar con una pequeña reunión, de no más de cinco minutos, sobre temas de seguridad y prevención, en la que cada equipo repasa y revisa todos los procesos y trabajos que se van a llevar a cabo durante el día, con un doble sentido, ganar en seguridad y en salud, al tiempo que se aumenta la calidad de los trabajos a realizar.

 

  • Utilizar un sistema de reportes que sea fácil de usar y donde se contenga un análisis de causas para identificar los motivos principales del cuasi accidente, no solo la causa inmediata.
  • Informar a los trabajadores de las medidas correctivas y soluciones adoptadas de los reportes investigados. Compartir el éxito del sistema de reportes y su efectividad. Las lecciones aprendidas servirán para mejorar los mecanismos de protección.

Son actuaciones no obligatorias por la legislación, yendo más allá de tales exigencias legales y que surgen de la voluntariedad de las empresas y de sus trabajadores. Son buenas prácticas en las organizaciones orientadas a la seguridad, salud y bienestar de los trabajadores.

Los trabajadores que llevan a cabo las tareas del día a día de una empresa son, inevitablemente, los mejores expertos en detectar y controlar los peligros en sus puestos de trabajo. Una política de prevención de riesgos laborales no se sustenta si los trabajadores no están implicados en la identificación de cualquier tipo de peligro.

Conclusión

Es importante desarrollar mecanismos y procedimientos de detección, reporte y control posterior, de forma que se permita trabajar de forma preventiva evitando el accidente y mejorando, en definitiva, las condiciones de trabajo.

Promover el valor de los reportes de cuasi accidentes puede asegurar la participación y respaldo de los trabajadores, lo cual redundará en un entorno de trabajo mucho más seguro y como elemento integrador en todo el proceso operativo.

La seguridad es una actitud, una prioridad diaria y un compromiso de todos.