Lesiones postvacacionales
Después del verano llega la vuelta a la realidad…
Durante semanas hemos disfrutado del sol, la playa, la montaña, los paseos por el campo, los deportes acuáticos o al aire libre. Todo parece idílico. Pero de repente volvemos a la vida real: vuelta al trabajo, días sedentarios, llegar a casa y tener que preparar cenas, lavadoras, ocuparse de los niños… Es decir, retornan las responsabilidades en casa y la carga habitual de trabajo.
Nuestro organismo reacciona. El estrés hace mella y nos vuelve más irascibles, más cansados, menos empáticos al tiempo que disminuye nuestra energía. El exceso de tareas influye en cómo las realizamos y el sedentarismo crea dolores musculares y articulares.
Durante el verano, nos hemos movido, hemos hecho ejercicio y nuestro cuerpo ha notado sus beneficios. ¿Por qué cuando volvemos a la rutina aparecen lesiones o patologías que durante ese periodo de mayor actividad no se daban?
¡Muy sencillo! mientras realizamos ejercicio, nuestro cuerpo elimina rigideces y libera los movimientos articulares, se oxigena y elimina toxinas al tiempo que aumenta el flujo sanguíneo proporcionando una mejora de las funciones cerebrales. Además, liberamos endorfinas que minimizan el dolor y las molestias, y en general mejora la coordinación entre músculos.
Sin embargo, cuando dejamos de hacer ejercicio y volvemos a las malas posturas en el trabajo, a las horas sentados y al estrés empeoramos de forma considerable. Creamos de nuevo las rigideces que nos producían lesiones y recuperamos los malos hábitos posturales en el trabajo. Hemos caído en la espiral de: me duele – no me muevo – me duele más.
Entonces, ¿cómo puedo evitar este cambio físico después de las vacaciones?
¡Mantente en forma todo el año! No aumentes tu actividad sólo en verano, busca un rato para ti y da movimiento a tu vida.
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