Nos movemos en la oficina

¿Sabes que pasamos un promedio de casi 10 horas al día sentados? Sumemos a las ocho de trabajo las horas de ocio: nuestras series favoritas, la cena y nuestro ratito de relax en el sofá. Las cuentas salen. Y hemos de añadir las horas que nos pasamos en la cama para dormir.
Durante todo ese tiempo, nos movemos y removemos encima de la silla o el sofá, nos acercamos, nos alejamos, nos sentamos en plan indio, nos recostamos, nos escurrimos hasta casi caernos del asiento… y rara vez estamos sentados con una postura correcta. Si acaso los cinco primeros minutos.
Tomemos consciencia de todo lo que ocurre en nuestro cuerpo mientras estamos sentados. La adquisición de malos hábitos posturales y permanecer durante muchas horas en la misma posición obligan a nuestro organismo a una postura que no es suya por naturaleza. Nuestro cuerpo está diseñado para que estemos en movimiento, no para el sedentarismo recalcitrante.
Quienes pasan más tiempo sentados duplican el riesgo de desarrollar diabetes, enfermedades cardiovasculares o trastornos musculoesqueléticos. A la larga pueden desarrollar enfermedades más graves.
Si crees que hay que sufrir para actuar contra el sedentarismo… ¡estás muy equivocado! Aunque tengas una vida inactiva, tú también puedes adaptar a tu cuerpo al ejercicio físico poco a poco. El primer paso no implica pasarse horas en el gimnasio o en la piscina. Lo mejor es comenzar con prácticas tan sencillas como estas:
• Estiramientos antes de empezar la jornada y al finalizarla. Un par de estiramientos antes de sentarse en el lugar de trabajo preparan al cuerpo para aguantar las primeras horas y puede convertirse en un hábito saludable.
• Más estiramientos en tus pausas. Uno que se hace sentado: lleva tus brazos hacia delante para movilizar las escápulas y que el hombro no sufra pinzamientos. Descargarás la tensión acumulada en la zona de los hombros. Para realizar correctamente este ejercicio, hay que mantener la postura 15 segundos.
• Aprovecha las esperas al máximo, si realizas desplazamientos con frecuencia, una buena opción es convertir los ratos de espera en pequeños paseos para estirar las piernas. Activarás su circulación y musculatura… ¡Y además despejas la mente!
• Reduce los periodos sedentarios de más de dos horas. Contacta con tus compañeros en persona, no con el correo electrónico o el teléfono si están cerca.
• Eleva los pies. Mantener los pies en alto es una buena manera de evitar ciertos dolores de columna. Un reposapiés garantiza una buena prevención de posibles dolores de espalda.
• Para aliviar el dolor lumbar moviliza la pelvis de vez en cuando hacia delante y hacia detrás para reducir rigideces articulares derivadas de mantener una misma posición durante mucho tiempo.
• Cuando pasamos muchas horas sentados, el abdomen tiende a caerse. Contraer el ombligo hacia adentro y levemente hacia arriba nos ayuda a activar y fortalecer la pared abdominal.
• Usa las escaleras en vez del ascensor. Siempre que la distancia entre pisos no sea excesiva y tu estado físico te lo permita. Las escaleras son ideales para desplazarnos de una planta a otra. Conseguiremos reducir el perímetro de la cintura, la grasa acumulada y el colesterol. Recuerda que subir o bajar escaleras es uno de los mejores ejercicios, por lo que vale la pena hacer ese esfuerzo.
• Mantente hidratado durante todo el día. Tu cuerpo y mente necesitan agua para funcionar.
• Si estás sentado, adopta una postura adecuada: espalda recta, pies apoyados en el suelo y las rodillas al mismo nivel o por encima de las caderas.
• Y fuera del horario de oficina… también se puede trabajar en una buena salud lumbar. Conviene salir y realizar ejercicio físico dos o tres veces por semana. Camina al menos media hora al día

Si quieres, puedes. ¡Te sentará fenomenal!