Sueño
- Comer
- Quedar con amigos
- Subir foto a Facebook
- Ir al gimnasio
Dormir: ¡Huy!
Es cierto que algunos días (o todos) nos gustaría que durasen más de 24 horas para poder hacer más cosas. Hasta ahora nadie lo ha conseguido, pero solemos utilizar nuestros propios “trucos”. El que suele ser más habitual: dormir menos. Quizás nos resulte beneficioso uno o dos días, al tercero estaremos totalmente agotados.
El sueño, imprescindible para nuestra supervivencia, es una necesidad básica que nos permite estar “a punto” cada día. Podemos engañarlo, pero en la “batalla”, siempre es vencedor.
En ocasiones, que las cosas no nos salgan como queremos no tiene tanto que ver con la suerte, el karma, los demás o que no soy competente para ello. A veces, la causa puede estar en una inadecuada higiene del sueño.
Si no dormimos, no rendimos (esto es así).
Algunas cosas que podemos hacer para mejorar nuestra calidad del sueño son las siguientes:
- Si haces ejercicio: deja pasar el máximo tiempo posible antes de dormir.
- Cena: misma pauta que en el ejercicio y que, además, no sea copiosa.
- En horas previas, no consumas y/o hagas cosas que puedan estimularte: café, té, nicotina, ocuparte de asuntos laborales/familiares/personales que te preocupen, hacer labores domésticas intensas, ver la TV, etc. Cualquier cosa que pueda estimularte.
- Intenta ir a la cama sin sed y sin ganas de orinar.
- Controla el ambiente de la habitación: tener el menor ruido posible, utilizar un juego de cama y pijama cómodo, almohadas y colchón adecuados y cómodos, etc.
- Si no consigues dormirte, es mejor levantarse y volver cuando hayas cogido un poco el sueño. ¡Asocia la cama al sueño!
- Procura no dormir la siesta o, siendo más realistas, no dormir más de 15-20 minutos.
- Mantén horarios más o menos estables de acostarte y levantarte.
- Móvil y demás aparatos electrónicos lejos de donde tu brazo pueda alcanzarlos.
Cuando lo que dificulta el descanso son los pensamientos y las sensaciones… ¿qué hacemos?
Puesto que ejercer un control sobre ellos (tratar de disminuirlos o evitarlos) no nos servirá e, incluso, pueden aparecer con más fuerza, lo que se recomienda es lo siguiente:
- No hacer nada con ellos, dejar que aparezcan y se vayan. Para ello podemos utilizar nuestra imaginación. Imagina una gran puerta por la que esos pensamientos entran y salen, solo entran y salen.
Invertir tiempo en cuidarnos nos acerca a nuestros objetivos.